Por: Marcelo Trivelli Oyarzún.
Presidente Fundación Semilla.
PISA en español significa Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes. PISA no es una prueba, sino que aporta a los tomadores de decisiones midiendo el desempeño, bienestar y equidad de los estudiantes en sus respectivos sistemas educacionales. El estudio se realizó con 700.000 estudiantes de 81 países y representa a 29 millones de estudiantes de 15 años de edad.
Repito que PISA no es una prueba de conocimiento. Los impulsores de este programa, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) entendió que el mundo, cada día más, retribuye a las personas no por lo que saben, sino por lo que pueden hacer con aquello que saben. Un mayor puntaje en PISA significa tener la capacidad de extrapolar en base a sus conocimientos y aplicarlo de manera creativa a situaciones desconocidas y cruzar límites.
La conclusión más importante de los resultados PISA es que los sistemas educacionales son capaces de entregar instrucción de calidad, junto con oportunidades equitativas de aprendizaje y que se puede aspirar a “una educación de excelencia no a costa del bienestar estudiantil, sino que a través del bienestar de las y los estudiantes”.
En lectura, matemáticas y ciencia, Chile se ubica en la medianía de la tabla. Está en primer lugar en América latina, por supuesto sobre México, Brasil, Uruguay y Argentina. Comparados con países europeos, estamos estadísticamente iguales con Eslovaquia en lectura, con Moldavia y Bulgaria en matemáticas y con Grecia, Islandia y Serbia en ciencias.
PISA detectó en 2012 que en matemáticas le va mejor a aquellos alumnos que tienen menos ansiedad por esta área. Es sorprendente que el resultado de Chile en matemáticas se obtiene a pesar de que nuestro país muestra uno de los más altos índices de ansiedad en este tema. El aprendizaje en general está también determinado por la actitud hacia las materias y por ello es tan importante la actitud que transmiten a sus estudiantes los profesionales de la educación.
Una actitud positiva y optimista determinará el desempeño y aprendizaje de las y los estudiantes. Una sociedad como la chilena que vive en el negativismo, la depresión y el catastrofismo poco contribuye a que niñas, niños y jóvenes crean en sí mismos y en sus capacidades.
Pocos países mejoraron sus resultados entre los años 2018 y 2022. La gran mayoría disminuyó en matemáticas y lectura mientras ciencias presentó muy poca disminución en su actuación. Llaman la atención la disminución de 30 puntos de Noruega en matemáticas y 30 puntos de Finlandia en Lectura. Por su parte, Chile, que fue unos de los países en que mantuvo más tiempo suspendidas las clases presenciales debido a la pandemia de COVID-19, se mantuvo muy cerca del desempeño de 2018 en cada una de estas áreas y casi sin variación de ciencias.
Compromiso docente y vinculación con el estudiantado aparece como la variable que mejor explica este resultado para Chile. En Fundación Semilla lo dijimos entonces y se reafirma con datos de PISA que el magisterio estuvo en la primera línea; se reinventó a nuevas metodologías pedagógicas y demostró gran compromiso y vinculación con las y los estudiantes.
Por el bien de la educación y sin autocomplacencia es bueno ver el lado medio lleno de PISA.
El reporte completo lo pueden ver en https://www.oecd-ilibrary.org/education/pisa_19963777